Cuadros de Ayer, de Hoy y de Siempre

Hace tiempo que no le pongo fecha a los cuadros. Y no es que me de miedo constatar, o que los demás descubran, cuanto tiempo hace que no pinto. Pintar, mejor o peor, es algo que no creo que tenga capacidad para dejar de hacer.

Hay cuadros de hace años, que si no fuera porque obran en poder de otras personas hubiera utilizado con gusto como estupendas imprimaciones para nuevas obras, destino que han corrido muchos de los que se quedaron conmigo.

No me importa por tanto reconocer que llevo muchos años pintando, ni me duele un poquito si un cuadro no resiste mi mirada de hoy hacer con él borrón y cuenta nueva.

Pero fechar un cuadro es como condenarlo a compartir la edad de los humanos, y si bien es verdad que todo arte es efímero (como si algo no lo fuera) el tiempo (que no existe) para ellos pasa (no pasa) de otra manera.

Los cuadros que hice y que hoy día seguiría exponiendo sin ningun rubor no merecen la mirada mezquina del comerciante para el que todo transcurre en temporadas.

Estos que pongo aquí son una muestra de esos que no puedo nombrar en pasado porque el tiempo no existe, y que aunque son ahora, puede que no pintara, y que no pintaré, que tal vez no existieron, o existan desde siempre como algo ajeno a mi.